martes, 6 de septiembre de 2011

porfirio diaz y su proyecto modernizador

Proyecto Modernizador, Porfirio Díaz
Porfirio Díaz: Proyecto Modernizador
Dictador que, llego al poder a través de su oposición a la reelección…
Una vez establecido en el poder, Díaz comenzó una política de consolidación entre los sectores mas favorecidos del país.   A los caciques regionales les permitió mantener el poder local a cambio de su lealtad. Se reconcilio con la iglesia católica y sus antiguos enemigos conservadores gracias a lo cual México disfruto de 27 años de paz, al final de un siglo de batallas. Si los liberales habían creado un Estado-Jurídico y habían concedido la igualdad de derechos a los mexicanos, a Porfirio Díaz se debe la formación territorial del Estado-Nación y la supresión de los derechos cívicos de los mexicanos. Díaz creó la infraestructura para la unificación del territorio: una amplia red de
transporte.
Con la paz, la economía se recupero: la minería, la industria y las comunicaciones se desarrollaran rápidamente; por primera vez en su historia México se convirtió en exportador de productos agrícolas y ganaderos; también se logro resolver el problema de la
deuda externa que tenía al país en banca rota.
El régimen porfirista fomento el
desarrollo artístico y científico de México; se fundaron nuevas escuelas, teatros, museos y academias. Los intelectuales más importantes pensaban que solo la ciencia y la modernización industrial sacarían al país de su atraso. Durante el porfirista, apareció un grupo de intelectuales y estudiosos, los ‘científicos’, que pensaron que la dictadura porfirista podría ser útil para conseguir la modernización de México. Por eso, el porfirista se caracterizó por una extraña mezcla de progresismo y conservadurismo. Para conseguirlo había que importar capitales del exterior.
    No obstante las diversas injusticias que el mismo cometió, así como su ejerció de una fuerza por medio del poder que este obtuvo gracias al apoyo militar, de la iglesia, del extranjero, para así poder desarrollar al país, y colocarlo dentro de un ámbito modernizador, gracias a la industria, las exportaciones, el sistema ferroviario, la productividad de la tierra.

      Además de que se dará un
panorama general de lo que fue la etapa del PORFIRIATO, una era en la que sucedieron muchas cosas, todo para lograr un proyecto modernizador que Porfirio Díaz se propuso al inicio de su gestión presidencial. Esperando que al leer este ensayo, nos demos idea de cómo se desarrollo el proyecto modernizador de Díaz.

la inserción al modelo neoliveral( finales delos 80)

MODELO NEOLIBERAL FINALES DE LO 80
Actualmente, no sería del todo correcto hablar de un "modelo Neoliberal" único, aplicado indiscriminadamente en todos y cada uno de los países de Latinoamericanos, por no hablar de los del "Tercer Mundo" en general. En realidad, hay variantes del mismo que pueden determinar su relativo "fracaso" o "éxito" en el proceso de inserción en la economía global arriba mencionado.
Sobra decir que los niveles de desarrollo económico, las características nacionales resultantes del proceso histórico de cada país, las peculiaridades del sistema político imperante, etc., son elementos que pueden jugar un papel determinante en el funcionamiento del Neoliberalismo, o en el de cualquier otra modalidad de funcionamiento de la economía.
Sin embargo, es posible delinear un conjunto de características generales que pueden considerarse como comunes a los ensayos Neoliberales efectuados en las más importantes economías de América Latina, al menos desde mediados de los 80 (aunque, en el caso de Chile, su aplicación data de 1973-74)
hora bien, dado que los rasgos principales de dicho modelo han sido elaborados y analizados críticamente por destacados economistas en importantes obras (11), consideramos redundante reiterar aquí en detalle observaciones similares sobre los mismos. Nos limitaremos a presentarlos a la luz de la reciente experiencia Mexicana, por cuanto la misma nos puede aportar importantes elementos sobre las fallas fundamentales del Neoliberalismo, que parecen ser bastante serias, y sus limitadas posibilidades de éxito -al menos en la mayoría de los países del área.
1) Primero que todo, debe destacarse que el modelo Neoliberal le asigna una prioridad dominante al sector privado, reduciendo a un mínimo la intervención del estado en la economía. Esta tendencia fue en gran parte inaugurada por los gobiernos de Thatcher y Reagan, en la Gran Bretaña y los E.U.A. respectivamente, y desde entonces la tendencia a nivel mundial ha sido la de un desmantelamiento del llamado "estado benefactor" (welfare state), y un claro rechazo, a nivel práctico y teórico, de los aportes de Keynes a la Teoría Económica.
De hecho, para un economista formado durante la década de los 60, la lectura de la actual literatura económica resulta ser una experiencia extraña, ya que ni siquiera las formulaciones de la "economía del bienestar", en boga por ese entonces en los círculos ortodoxos, llegaba a extremos como los actuales en términos de elogiar la asignación de recursos supuestamente óptima que surge del libre funcionamiento de los mercados.
n efecto, en dicho cuerpo teórico se consideraba la posibilidad de "fallas de mercado" que hacían necesaria la intervención del estado, cuando existían externalidades de consumo y producción; cuando dominaban estructuras de mercado oligopolísticas -mercados "imperfectos", que por lo general son la norma-; y cuando se establecían sectores que podían ser considerados como "bienes públicos"( dado que su consumo era colectivo y no se aplicaba allí el principio de exclusión propio del mercado). En la literatura actual, virtualmente la única intervención del estado que se acepta es la del mantenimiento del orden público.
En general, durante las dos últimas administraciones (De la Madrid y Salinas) se ha hecho un esfuerzo consciente en eliminar los controles y regulaciones del estado, suprimiendo los subsidios y los controles de precios. Se favorecen impuestos indirectos de tipo regresivo, como el IVA, desmontando dentro de lo posible la tributación directa, ya que esta se considera como un desincentivo a los ahorros privados. Por lo general, se supone que estos se invierten en su totalidad, de acuerdo con lo postulado teóricamente por la literatura prekeynesiana ortodoxa. Se ha procedido a privatizar y desincorporar a las empresas paraestatales, incluyendo aquellas consideradas como estratégicas para un proyecto nacional independiente (En la actualidad, solo quedan por privatizar PEMEX, la Comisión Federal de Electricidad, y los Ferrocarriles Nacionales). El resultado, sobra decirlo, dista mucho de ser una óptima asignación de recursos escasos para satisfacer fines alternativos, donde todo consumidor maximiza su utilidad, y se asegura la plena utilización de todos los recursos, con estos obteniendo a su vez el valor de su producto marginal.
Los resultados, como lo veremos luego, han sido en la mayoría de los casos, serias distorsiones en el patrón de inversiones, ya que aquellas en los sectores productivos tenderán a descender sustancialmente (ante la falta de una política industrial), y a dirigirse hacia los sectores improductivos-especulativos, que usualmente son los más rentables. La consecuencia es un descenso apreciable en las tasas de crecimiento, una caída notoria en los niveles de empleo, y un empeoramiento de la distribución del ingreso resultante de la desaparición de las redes de protección social y de la tributación productiva.
2) Como corolario de lo anterior, se propone como meta clave de política económica el "saneamiento fiscal", es decir, la reducción (y, si posible, la eliminación) del déficit fiscal a un muy reducido porcentaje del PIB. Por lo general, esto se efectúa recortando los gastos sociales (educación, salud, etc.), vendiendo las empresas paraestatales, y eliminando subsidios de todo tipo. También se recortan las inversiones públicas en infraestructura, fomento agropecuario, desarrollo energético, fomento industrial, etc., desdeñando el impacto negativo que esto pueda producir en la planta productiva; en la capacidad exportadora misma, y en las bases del desarrollo futuro del país. No se tocan para nada los pagos por concepto del servicio de la deuda interna y externa, tomando lugar así una redistribución del ingreso a favor de los tenedores de títulos de deuda pública.
n lo que respecta a las percepciones tributarias, las reformas al sistema impositivo apuntan por lo general hacia impuestos indirectos de carácter regresivo, como el IVA, contribuyéndose así al empeoramiento de la distribución del ingreso. Se procura reducir o eliminar las tasas impositivas directas a los altos ingresos, particularmente las ganancias del capital. Se cree que en esta forma aumenta el ahorro privado interno, regresándose así a posiciones prekeynesianas que se creían ya superadas.
En general, toda esta posición descansa mucho en el llamado "Enfoque Monetario de la Balanza de Pagos"(12), el cual le atribuye los problemas de la Balanza de Pagos -vistos como disminuciones en las Reservas Internacionales- a un incremento excesivo en el crédito doméstico (privado y público). Como quiera que los déficits gubernamentales son financiados con créditos públicos, estos deben reducirse sustancialmente. De lo contrario, el exceso de oferta monetaria provocado por dichos créditos se canalizará hacia la compra de divisas (a fin de adquirir bienes y servicios importados e invertir en activos en el exterior), con la consecuente disminución en las reservas internacionales.
Como se verá luego, subyacente tras las disminuciones en las reservas internacionales, hay algo más que la simple expansión del crédito doméstico resultante de los déficits fiscales. De hecho, durante el período Salinista México tuvo superávits fiscales, y fueron otros factores los que causaron la desastrosa disminución de sus reservas internacionales en Diciembre de 1994. El principal de ellos, como ya es hoy ampliamente reconocido, fueron los cuantiosos saldos negativos de la Cuenta Corriente de la Balanza de Pagos, que no pudieron seguir siendo financiados con flujos especulativos de capital de corto plazo. Dichos déficits pueden ser causados por razones estructurales que los Neoliberales soslayan en sus modelos.
De hecho, como lo demuestra convincentemente Arturo Huerta en sus obras arriba citadas -véase nota (11)-, las políticas Neoliberales son incapaces de compatibilizar el ajuste fiscal (reducir o eliminar el déficit fiscal) con el ajuste del sector externo (obtener saldos Comercial y de Cuenta Corriente favorables). La tendencia histórica de la inserción laboral de la mujer, es en sectores de baja productividad, tales como los servicios sociales y personales, esencialmente trabajo doméstico, donde se emplea según datos censales (1992), cerca del 56% de la fuerza de trabajo femenina. La incorporación de las mujeres al trabajo en Chile se produce en el marco de la subordinación de género, en una cultura androcéntrica que se expresa en cifras:
En 1994 el 38% de las mujeres, entre 15 y 64 años, participan en la fuerza de trabajo Estás son el 42% de los asalariados y el 39% de los independientes en el tramo más bajo de ingresos. En el tramo más alto sólo son el 22% de los asalariados y el 17% de los independientes. A igual educación formal, las mujeres obtienen menores ingresos que los hombres. La diferencia es mayor para el grupo con educación universitaria. Los hogares con jefa de hogar tienen menor ingreso que los con jefe de hogar.
A la cultura androcéntrica que prima en toda América Latina y también en Chile se agregan actualmente, los efectos del ajuste estructural y la desregulación del mercado de trabajo, que determina una agudización de la pobreza de las mujeres.
Las políticas económicas y los ajustes aplicado, en Chile en las últimas décadas, afectan principalmente a la población femenina de los sectores más excluidos. En este contexto, las mujeres funcionan como fuerza laboral secundaria y marginal utilizada por el sector empresarial para bajar los costos de producción.

Si se tiene como meta favorecer el sector externo mediante un tipo de cambio en deslizamiento y altas tasas de interés (1982-1988), esto incrementa el servicio de la deuda pública externa e interna, contrae la actividad económica y los recaudos tributarios, y resulta en elevados déficits públicos y altos niveles de inflación.
por otra parte, si se prioriza el equilibrio fiscal (1982-1994), se privilegia la lucha antiinflacionaria mediante tipos de cambio fijos y sobrevaluados, y bajas tasas de interés, trayendo esto grandes déficits comerciales y de Cuenta Corriente. Cabe anotar que los dos tipos de desequilibrio se retroalimentan mutuamente.
Dado que las experiencias de las dos administraciones anteriores han sido profusamente analizadas e ilustradas estadísticamente en las obras arriba citadas, nos referiremos a la experiencia posterior al estallido de la crisis cambiaria y financiera de Diciembre de 1994. Aunque la información estadística disponible es aún bastante preliminar e incompleta, es posible establecer tentativamente las siguientes tendencias







LA CRISIS DEL SISTEMA POLITICO MEXICANO Y LA TRANSICIONDEMOCRATICA 1968 A 2000
CARACTERÍSTICAS DEL MODELO DE TRANSICIÓN DEMEXICO
La transición que llevó México fue de tipo conflictivo, aun que influyeron también factores de tipo consensual pero de manera muy esporádica. Comenzando con la naturaleza de los pactos políticos; en el poder habia una gran ausencia de estos, puesto que se cerraban siempre a la negociación, ya que era una dictadura lo que se vivia con el régimen autoritario demarcado por el PRI. Posteriormente se comenzó a dar la extensión de dichos pactos y a abrir las negociaciones y los diálogos dentro de los conflictos políticos que entorpecían la continuidad del régimen en el poder, ya apoyaban la transición.
Como un ejemplo claro de esto es el caso de la UNAM, que aunque siendo una universidad autónoma, el gobierno intento privatizarla, actuando trasvastidores, es decir, quitándoles poco a poco el apoyo económico, hasta lograr un aumento en el pago de las cuotas. Esto se vio de manera notoria en el ingreso de alumnos a las distintas facultades, donde también hubo una reducción, cuando todavía para el sexenio del presidente Carlos Salinas el ingreso de alumnos por año era de 15000 y para el 2000 disminuyó hasta entre 3400 a 4000 alumnos a comenzar los estudios superiores.
Por esto se dio un movimiento conflictivo de rebelión que influía en el deterioro del antiguo régimen presidencialista y su decisión en cuanto a la universidad. Donde al principio el Consejo Universitario se cerraba al dialogo porque no querían ser cómplice de las promesas demagogas del gobierno, y fue así como se comenzaron a dar los conflictos que obligaron a la Rectoría y principales órganos de la UNAM a tener negociaciones y buscar hacer un pacto consensual que tuviera un enfoque directo al cambio. Aunque las autoridades superiores de dicha universidad, viéndose apoyadas por el antiguo régimen, tuvieron grandes abusos hacia los alumnos que promovían el mitin.
Por otro lado las fuerzas armadas han jugado un papel muy importante en el proceso de transición ya que como ejemplos claros tenemos el de l968 y el de 1994.
En el 68 se dio un movimiento de protesta integrado por los estudiantes que se revelaban contra las acciones de represión y elitismo de parte del gobierno. Este por su parte, mandó 5 mil hombres dotados de equipo blindado que habían entrado a la plaza de Tlatelolco con la intención de disolver el acto, se impusieron contra los estudiantes e hicieron una violencia oficial respaldada por el gobierno.
El ejemplo más reciente que causo la perdida de legitimidad del gobierno, es el caso de Chiapas, en el que el papel protagónico de este y si gran responsabilidad en la violencia oficial ha generado la rebelión de los grupos de protesta armados como el EZLN que resurgió públicamente el 1 de enero de 1994, el motivo de su sublevación fue la protesta ante la situación de extrema pobreza de los indígenas y campesinos de todo el país, la reivindicación de propiedades de tierras arrebatadas a las comunidades indígenas, un reparto de la riqueza y participación de las diferentes etnias tanto en la organización de su estado como en la República en su conjunto, con el objeto de que fueran respetados y valorados sus formas de culturización, de todas las etnias del país. Por esto el papel del ejercito ha sido de gran influencia en la sociedad civil, para que esta exigiera el derrocamiento del régimen autoritario y el comienzo de una transición democrática.
La participación de los partidos antes de 1988 era muy débil por que los partidos de oposición ocupaban escasos espacios en el poder, todos se regían por el partido estable en el régimen, pero para este año se dio la inauguración de una vida política multipartidista. Cuenta de ello es que no habia una oposición real que fuera competente para derrocar al régimen. En cuanto a la participación de la sociedad civil, tenia características del modelo de transición consensual, ya que habia fuertes movilizaciones.
Por ejemplo, para 1968 se exigía la sindicalización de las asociaciones y el aumento salarial, también los movimientos sociales que tuvieron los estudiantes en esas mismas fechas. A partir de 1988 se comenzó a generar una mayor participación de los partidos de oposición, como el Frente Democrático Nacional (FDN) de Cuauhautemoc Carenas, al cual se le unieron el Partido Autentico de la revolución Mexicana (PARM), el Partido Popular Socialista (PPS) y el Partido del Frente Cárdenista de la Revolución Nacional (PFCRN). Por otro lado el PSUM y el PMT eligieron a Heberto Castillo como candidato a la presidencia de la república; otro que fue, el PT (partido del trabajo) postuló a Rosario Ibarra de Piedra. Pero una de las fuertes oposiciones fue el PAN que tenia a Manuel Cloutier a la cabeza, pero este hizo una coalición con el PRI, por esto, el régimen se sostuvo y se reeligió por décima vez.
En cuanto al contexto internacional siempre ha sido favorable para México ya que ha contribuido de gran forma a la transición debido a su apoyo tanto económico como político. Como es el caso de los prestamos extranjeros que dieron algunos piases durante las grandes crisis económicas que ha sufrido el país. Por otra parte se dio el tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá, el cual abrió las fronteras de exportación de México y esto logro la mejoría de las relaciones internacionales.
Pero este es un punto muy incierto en cuanto a la caída o continuidad de un régimen, ya que el contexto internacional influye en cuanto a que el apoyo económico que se le presta es también benefactor para la economía mundial, ya que la mayor parte de dicha economía es manejada por Estados Unidos y debido a los vínculos tan cercanos de México con este país se presta flexible hacia brindar apoyo o no para el mantenimiento de un régimen. Por ejemplo como fue el caso de Salinas donde el apoyo de la sociedad internacional siempre fue fuerte y firme, ya que benefició a esta economía porque sustrajo grandes cantidades del dinero del país para invertirlos en empresas extranjeras, además de que su gobierno se enfocaba en brindar apoyo económico a las empresas con mayor capital, por lo tanto eso era conveniente para la economía mundial y por esto se brindo tanto apoyo. Por ejemplo, en cuanto se dio la crisis económica de 1994 que dejo Salinas al momento de su salida, este país inmediatamente volvió a realizar un préstamo de 50 mil millones de dólares para que las empresas que competían en la Bolsa de Valores de Wall Steet en Nueva York, tuvieran un respaldo y no salieran de dicha bolsa, para que la economía mundial no cayera. Aunque el apoyo se tuvo para el régimen, en cuanto la sociedad internacional se dio cuenta que para la sociedad civil y las nuevas sociedades mercantiles esta ya era desfavorable y los ingresos que tenia el país eran más bajos, observó que el régimen autoritario del PRI ya no beneficiaba a la economía nacional, por lo tanto tampoco a la economía internacional, entonces opto por prestarle menos apoyo y así, esta misma influyó para la caída del régimen.
México tubo un alto grado se militarización ya que hubo mayor intervención del ejercito para controlar las diferentes movilizaciones en contra del gobierno. Como en el caso de Chiapas y su relación con el PRI que generaron una gran inconformidad por las injusticias cometidas con los indígenas y por su situación de vida, por estas y otras causas mas optaron por la rebelión contra el sistema autoritario, y el gobierno por su parte militarizó la zona para ejercer un control sobre ellos. Como consecuencia de las militarizaciones se han dado las “Limpiezas Etnicas” en las diversas zonas rurales, como respuesta negativa hacia las peticiones de los grupos de protesta. Como fue la matanza de Acteal el 22 de diciembre de 1997, cuando un grupo paramilitar asesinó en esta localidad chiapaneca a varios centenares de campesinos, en una zona cercana a la dominada por los zapatistas. Por esto la rebelión chiapaneca no es simplemente un ataque contra el régimen, sino que es todo un desafío a la capacidad del estado mexicano para imponer legítimamente el orden jurídico en su territorio. Aquí, se demuestra una fragilidad estatal, expresada en la poca efectividad de la ley que complica la institucionalización de la democracia.
Por estos ejemplos citados y muchos otros que no pueden pasar desapercibidos, es que consideramos el modelo de transición de México

desarrollo estabilizador

DESARROLLO ESTABILIZADOR 1954-1970
.Antecedentes.
La economía mexicana experimentó un crecimiento lento, de 1910 hasta mediados de los años 30's. Ese ritmo de crecimiento hasta 1928 fue impuesto por la incertidumbre política, el conflicto y la inestabilidad nacional. En estos años la economía estuvo apoyada en el sector agrícola, del cual gran parte de su producción fue exportada a Estados Unidos. En estos años las ciencias económicas han decretado que México contaba con un modelo económico de exportación de productos primarios.
Después de la gran depresión económica de 1929, cuyos efectos duraron hasta 1933, México inició una etapa de crecimiento económico, acelerado, pero dentro del mismo modelo, es decir, se priorizaba la inversión en el sector agrícola, porque la exportación de productos primarios tenía mercados más o menos seguros y producía divisas (moneda extranjera o títulos de crédito amparados por la misma) a un nivel aceptable. Por ello, el gobierno realizó inversiones públicas en transportes y comunicaciones, impulsó obras de irrigación y fue aplicando el Reparto Agrario prometido a los campesinos desde 1917. Este crecimiento económico basado en la expansión del sector agrícola se ubica desde mediados de los años treinta hasta finales de los cuarenta.
Sin embargo, desde 1941, al iniciarse el sexenio de Ávila Camacho, el estado toma la decisión de dar el giro e iniciar ya un cambio significativo en la política económica y comienza, por lo tanto, a promover, con diferentes medidas, el desarrollo industrial del país. Ciertamente las primeras formulaciones gubernamentales en ese sentido se hicieron durante el periodo presidencial de Lázaro Cárdenas (1936-1940), pero fue Ávila Camacho quien pudo imprimir un vigoroso impulso a la industrialización.
El cambio de modelo económico no se dio de manera intempestiva o fortuita. México exportaba por estos años cantidades considerables de productos agrícolas y de materias primas extractivas, exportaciones que aumentarían al verse la economía norteamericana sometida a los ritmos y requerimientos derivados de su participación en la Segunda Guerra Mundial. El sector primario había respondido con bastante eficiencia ante esta demanda y todo indicaba que lo seguirían haciendo. Más tarde, incluso, la colaboración de este sector se dio mediante le envío de miles de campesinos de todo el país que fueron a trabajar legal y directamente a los campos norteamericanos.
Por otro lado, las divisas producidas por las exportaciones mexicanas, que eran las que venían financiando las importaciones de bienes de consumo, significaban un recurso significativo para impulsar, ya no la importación de bienes, sino su producción interna. Una planta industrial encaminada a sustituir dichas importaciones, se pensó, fortalecería la economía nacional y le daría ciertas ventajas para el futuro.
Como han señalado dos importantes historiadores del México contemporáneo, tales circunstancias coincidieron con una idea fija en los gobiernos post cardenistas: primera era necesario producir la riqueza, después se repartiría. A partir del gobierno de Miguel Alemán (1946-1952) el impulso industrializador fue aún mayor y se depositaba en la industria la esperanza de la creación masiva de riqueza, que se ser repartida, conseguiría avances sin precedentes en el desarrollo nacional. Estas ilusiones basadas en los principios doctrinarios de las teorías económicas en boga, también servirían después para dar sustento a la mayor intervención del estado como rector de la economía y como tal, inhibidor de los fenómenos desestabilizadores en la misma.
El desarrollo estabilizador.
La del llamado "desarrollo estabilizador" -que se extiende de 1958 a 1970- fue una época de veras sobresaliente en la historia económica de México. El producto interno creció a una tasa real mayor al 6% anual con crecimiento también rápido y sostenido de los salarios reales. El análisis de esos logros no sólo puede ser materia de interés para el historiador anticuario; el estudio de la política económica de esa época es de gran importancia para el presente y el futuro, en especial para los individuos de acción y para los responsables de conducir las políticas públicas. De él se desprende un recetario de estrategias para avanzar en objetivos que todos compartimos hoy: elevar los salarios, aumentar los ingresos de la población, en especial de la población rural; crear mayor empleo y lograr que la producción avance con mayor rapidez que la explosión demográfica.
¿Cómo se procedió para que la economía nacional tuviese en ese periodo un desempeño tan notable? ¿Quién fue el principal promotor de esos éxitos y en qué fincó su actuación? Y más importante: ¿qué enseñanzas pueden derivarse del desarrollo estabilizador para fines de diseño y aplicación de las políticas económicas actuales y del futuro? El principal artífice de ese "milagro mexicano" fue Antonio Ortiz Mena, secretario de Hacienda en los sexenios de Adolfo López Mateos y Gustavo Díaz Ordaz.
Hábil, laborioso, buen político, magnífico administrador y negociador, economista, financiero y abogado muy conocedor de las leyes y del derecho, todo eso fue Antonio Ortiz Mena. Sus principales méritos pueden resumirse como sigue: 1) Eligió y recomendó las políticas adecuadas para cumplir con el mandato que se le asignó al iniciar su encomienda: crecimiento del producto por arriba de la tasa de expansión demográfica e incremento continuo de los salarios reales. 2) Supo persuadir a los presidentes a quienes sirvió -López Mateos y Díaz Ordaz- de que sólo con esas políticas podía lograrse que el auge fuese perdurable. 3) Fue un operador político muy diestro y sagaz, y un instrumentador muy eficaz de las medidas que, muchas veces, él mismo sugirió.
Se imagina tarea fácil discurrir y recomendar las políticas "apropiadas"; no lo era tanto en esa época de tan intensa efervescencia doctrinal y hasta ideológica. Al igual que Rodrigo Gómez -director del Banco de México de 1952 a 1970-, Ortiz Mena nunca se dejó marear por las modas intelectuales y por las falsas "nuevas teorías" que anunciaban el descubrimiento de panaceas económicas milagrosas.
Contrario a lo que han pretendido algunos de sus críticos, Ortiz Mena nunca estuvo obsedido por la idea de la estabilidad monetaria y cambiaria. Nunca consideró al control de la inflación y a la fijeza del tipo de cambio como objetivos per-se. Más bien los consideró como lo que son: objetivos intermedios para conseguir las metas últimas: procurar un crecimiento sostenido y sostenible del producto per cápita y del salario real.
Ortiz Mena sabía que no existe la disyuntiva entre crecer sin inflación y crecer con inflación. Tolerar políticas conducentes a la inflación o practicarlas deliberadamente lleva tarde o temprano al estancamiento y a la crisis. De hecho, eso fue lo que sucedió durante la "docena trágica" de 1970 a 1982. De 1983 a la fecha todo ha sido un intento por restaurar la perdida estabilidad sin conseguirlo plenamente. Así de difícil es estabilizar una economía cuando se sale de ese estado.
Ortiz Mena habla de dos precondiciones para evitar la inflación: primera, mantener finanzas públicas sanas; segunda, procurar una actuación congruente con ese fin por parte del banco central. Por sus consecuencias directas sobre la inflación, a lo que más temió Ortiz Mena fue al financiamiento del déficit público mediante el crédito primario del banco central.
La finalidad última del desarrollo estabilizador fue estimular la inversión productiva y el empleo. Parte de ese esfuerzo se manifestó en el esmero con el que se cuidó la confianza. El fenómeno económico, solía decir Daniel Cosío Villegas, depende de las reacciones individuales de millones de consumidores y de productores. Carece de sentido empujar esas reacciones en un sentido desestabilizador, si las políticas que se proponen no son viables.
En fin, el cuidado de la estabilidad monetaria, de la estabilidad cambiaria y de la confianza vino acompañado de políticas compatibles en materia de salarios, de promoción de las exportaciones, de estímulo al ahorro y al desarrollo del sistema financiero, de reforma fiscal, de promoción del sector agrícola -ya que en ese tiempo el grueso de los ingresos de divisas provenía de las exportaciones de ese sector-, del turismo y del desarrollo de las fronteras. De muy particular relevancia fueron los esfuerzos para alentar el surgimiento de empresarios mexicanos y de empresas mexicanas.
La del desarrollo estabilizador es una historia de éxito en un campo -el económico- en el que desde hace casi dos decenios México no ha podido salir de un hoyo. La posteridad y la distancia han venido a validar las ideas económicas de Ortiz Mena y la pertinencia de las políticas económicas que se aplicaron -con la salvedad de la política comercial proteccionista que se heredó de los regímenes precedentes- durante su gestión como secretario de Hacienda.
En el legado del desarrollo estabilizador está el catálogo de las políticas económicas a seguir para que una economía crezca con rapidez y ese crecimiento pueda sostenerse. En este último punto reside la diferencia fundamental con las políticas expansionistas que se aplicaron en los siguientes dos sexenios. Aparte de lo ya dicho, en ese legado destaca la importancia de propugnar para que el Estado actúe más como promotor que como propietario o empresario, de vigilar con rigor la asignación de los escasos recursos invertibles -ya sean de origen nacional o externo- hacia fines productivos. Muy consciente estuvo siempre Ortiz Mena de decir no al desperdicio y a la dilapidación, algo que no se escuchó durante los doce años posteriores.
A todo lo anterior se refiere el libro de Antonio Ortiz Mena de reciente publicación. Aunque la obra tiene sus defectos -una estructura demasiado rígida, lenguaje árido tipo memorándum, algunas contradicciones e imprecisiones-, el pormenor de lo ocurrido en el desarrollo estabilizador se recoge ahí con acierto. Vale la pena leerlo y conservarlo no sólo como un doloroso recuerdo de lo que fue y no pudo continuar, sino como el catálogo de las políticas que pueden ofrecerle a los mexicanos un futuro más halagüeño













                                                  

el modelo de sustitución de importaciones (1941---1954)

MODELO DE SUSTITUCIÓN DE IMPORTACIONES (1941 A 1954)
Con el ascenso de Manuel Ávila Camacho al poder (1 de diciembre de 1940 a 30 de noviembre de 1946), se empiezan a gestar las condiciones que requería el proceso de industrialización del país: la estabilidad política, la diversificación de la estructura productiva y el crecimiento económico, el paso de una economía agraria a una de tipo industrial y, sobre todo, el control de los trabajadores a fin de facilitar la conformación de una clase empresarial nativa y la consecuente acumulación de capital.
En febrero de 1941, durante el Segundo Congreso Nacional de la CTM, Vicente Lombardo Toledano, seguidor de las políticas obreras de Cárdenas, terminó su periodo como secretario general y su lugar fue ocupado por Fidel Velásquez. Con este cambio de dirigencia, la CTM abandonaba su lema de “lucha de clases” para sustituirlo por otro de “colaboración con el capitalismo nacionalista” en aras de la “unidad nacional” que alentara la Segunda Guerra Mundial:
“La promesa de Manuel Ávila Camacho fue la unidad nacional. México la necesitaba en el frente externo, sobre todo cuando entró en la guerra mundial, y la necesitaba también en el frente interno porque había problemas pendientes muy serios en el campo y la ciudad (…) En 1940 México tenía cerca de 20 millones de habitantes, la mayoría de los cuales vivía en zonas rurales, el 64 por ciento de los mexicanos era analfabeta y la esperanza de vida al nacimiento promediaba 41 y medio años, el país era un terreno fértil para el contraste y las contradicciones (…) El temperamento de Ávila Camacho, formado en el equilibrio entre la fe católica y el deber militar, lo llevó a establecer acuerdos con la iglesia a partir de afirmar públicamente su catolicismo (…) La iglesia y las clases alta y media veían un gran agravio en el dogmatismo del artículo tercero constitucional, reformado en 1934, que prescribía una educación socialista obligatoria para todos los mexicanos… ”.
De esa manera, el 11 de junio de 1942, y mediante el Pacto de Unidad Sindical firmado por el presidente Ávila Camacho, los trabajadores organizados de la CTM, la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM), el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y otras uniones sindicales de mineros, metalúrgicos y textileros, se conformó el Consejo Nacional Obrero, antecedente de lo que después sería el Congreso del Trabajo, donde se unificaron esfuerzos para manejar la producción y controlar los derechos de los trabajadores. En claro contraste con las políticas laborales del cardenismo, este Consejo significó una tregua en la lucha contra el capital en aras de la “unidad nacional”.
Para Ávila Camacho era fundamental modificar la política obrera y reducir el poder de los trabajadores organizados, y Fidel Velásquez al frente de la CTM fue la vía para establecer la nueva relación entre trabajadores y gobierno:
“Fidel Velásquez, líder moderado y de ideología camaleónica, inició su ascenso definitivo al liderazgo obrero, se convirtió en el protagonista clave entre los obreros, los empresarios y el gobierno (…) Uno de los aciertos del régimen de Ávila Camacho fue apoyarse en las dotes negociadoras de Lombardo Toledano, paisano y amigo del presidente, quien logró para el gobierno el apoyo mayoritario de los obreros y la firma de un acuerdo con los patrones que sería un pilar de la política de unidad nacional de presidente, el propósito era sentar las bases de la Revolución Industrial en México…”.
Así, Ávila Camacho canceló el “radicalismo” cardenista, desapareció al sector militar del partido oficial (que con Cárdenas se había transformado en el Partido de la Revolución Mexicana, PRM) y en 1943 creó la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) que aglutinó a las capas medias (empleados públicos, profesionales, trabajadores libres, algunos empresarios y otros núcleos sociales) que apoyaban la política de “unidad nacional” del presidente. Al final del sexenio, el partido oficial era enteramente distinto y abrió el paso para el nacimiento, el 18 de enero de 1946, al actual Partido Revolucionario Institucional (PRI), que institucionalizó las estructuras para un nuevo proyecto político y económico del país. Con el PRI, los proyectos de reformas sociales y políticas de la Revolución fueron sustituidos por otro: la industrialización y el crecimiento económico. El lema del PRI fue: “democracia y justicia social”.
Con la transformación del partido oficial, el país se abrió al capital extranjero, se reglamentaron los derechos laborales y, al crearse la Oficina de la Pequeña Propiedad, se favoreció el latifundismo, pues se dividieron enormes extensiones de tierra en predios que, al registrarse a nombre de distintos miembros de una familia, aparecían como pertenecientes a pequeños propietarios. Así, en lo social se fomentó la “cooperación” entre las clases sociales (capitalistas, terratenientes, obreros y campesinos) en la búsqueda del interés superior de la nación: la industrialización y el crecimiento económico.
No se cancelaba la lucha de clases, sino que más bien se pedía y se obtenía la subordinación de obreros y de campesinos al gobierno y, por esa vía, al capital nacional encargado de conducir el proceso de industrialización con el apoyo irrestricto del Estado.
Con Miguel Alemán, que gobernaría del primero de diciembre de 1946 al 30 de noviembre de 1952, se profundizaría la modernización del país haciendo a un lado los postulados y los principios de la Revolución mexicana plasmados en la Constitución de 1917, ante lo cual Daniel Cosío Villegas lanzó la tesis, publicada a fines de 1946 en Cuadernos Americanos, de la muerte de la Revolución mexicana: “en el olvido han quedado las causas por las que luchara el pueblo”.
El “cachorro de la Revolución”, como pronto se conoció al presidente Miguel Alemán, tenía todo para mostrarse siempre con la sonrisa de un hombre de mundo: orgulloso de sí mismo, triunfador y popular entre las mujeres, estaba dispuesto a enseñar a los mexicanos a pensar en millones... y eso se dedicó a hacer.
Miguel Alemán, joven abogado de 46 años, era típico producto del México postrevolucionario: hijo de general, había sido diputado, senador y gobernador de Veracruz. Representaba a la nueva generación egresada de la Universidad, y ni tardo ni perezoso llenó su gabinete de profesionales y al país de licenciados. Tras un desfile de generales en el poder, la modernidad exigía al primer mandatario civil. Para completar el cuadro, Alemán había combinado su carrera política con un próspero negocio de urbanización, lo cual proyectaba la necesaria imagen de un empresario deseoso de modernizar el país, interés compartido por amplios sectores de políticos e industriales. En palabras del empresario Juan Sánchez Navarro:
“Don Miguel tuvo como idea fundamental el desarrollo económico de México, y se rodeó, desde el primer momento se vio el gran cambio, se rodeó de un gabinete de universitarios, la mayor parte de los ministros del régimen del licenciado Alemán fueron compañeros de estudios de él, y la mayor parte eran profesores de la facultad de derecho. Entonces, claro, fue un cambio formidable, de los gabinetes de caciques, especialmente militares de la época anterior, a los hombres de la universidad manejando el país, pues había un abismo. Se inicia la etapa civil de la vida mexicana”.
Tantas fueron las expectativas generadas por el alemanismo, que en octubre de 1947 la CTM, la central obrera más numerosa, decretó que todos sus miembros pertenecieran al PRI. En noviembre, el Partido Comunista se alió al gobierno, porque el alemanismo era la “burguesía progresista”.
De esa manera, con Miguel Alemán y el PRI se iniciaba un nuevo proyecto de la elite política y económica, encaminada a sustituir las importaciones y fomentar el crecimiento agrícola para exportar productos y satisfacer las demandas de la población, así como las importaciones de bienes intermedios y de capital que requería la industrialización. Adicionalmente, la industrialización alemanista requería obras de riego, electricidad, carreteras, vías férreas y escuelas para preparar a los trabajadores; en una palabra, la modernización del país:
“El día de su toma de posesión, Alemán prometió la modernización del país por la doble vía del crecimiento industrial y el crecimiento de la producción agrícola (…) En los años 40 México carecía de la infraestructura necesaria y de un programa de desarrollo que le permitiera explotar eficazmente sus recursos naturales. El gobierno alemanista efectuó cuantiosas inversiones para abrir vías de comunicación, generar más electricidad y aumentar la producción agrícola (…) En el periodo alemanista se construyeron las carreteras de Cuernavaca (la primera de cuatro carriles), la Panamericana, la de Acapulco y la Transístmica, así como los ferrocarriles del sureste y el de Baja California (…) La apertura de carreteras y la ampliación de vías férreas abarcaron la geografía nacional, dibujando el perfil del México en gestación, eran las arterias por las que correrían, a lo largo y ancho del país, materias primas, alimentos y mercancías (…) Este magno proyecto se redondeó con la ampliación de los puertos marítimos y una moderna red de aeropuertos: México, Acapulco, Ciudad Juárez y Tijuana, entre otros (…) 20 por ciento de la inversión total bruta en el periodo se destinó al campo, la mayor parte se utilizó en la construcción de presas en zonas donde se practicaba, o se podía practicar, una agricultura de alto rendimiento (…) En sólo unos años, el presidente empresario realizó el sueño de los sonorenses: crear la agricultura mexicana moderna, punto de partida para subsidiar el nuevo paradigma de
El origen de este modelo responde a la corriente de pensamiento económico denominada estructuralismo o desarrollismo y a la teoría de la dependencia, ambos pensamientos infieren, que los países ricos explotan a los pobres y que, en consecuencia, las relaciones económicas internacionales perjudican a éstos últimos[.]
Se pueden citar tres pilares fundamentales de este modelo:[]
  • Política industrial activa: subsidios y dirección del estado para la producción de sustitutos.
  • Barreras al libre comercio (proteccionismo): altos aranceles a la importación.
  • Política cambiaria o monetaria: tipo de cambio elevado.
De esta manera se crea en Latinoamérica la CEPAL, para la citada institución la tendencia al deterioro de los términos de intercambio de los países en desarrollo (productores de bienes primarios) era causada por las características del progreso tecnológico y las condiciones socioeconómicas existentes tanto en los países ricos como en los países pobres del sistema capitalista mundial y citan las siguientes características:[]
  • El progreso técnico sustituye productos primarios por productos manufacturados, lo que ocasiona un descenso de la demanda por productos primarios y, por tanto, una disminución en los precios de los mismos.
  • El progreso técnico ocasiona que el producto final requiera menor cantidad de productos primarios, con efectos similares a los del primer punto.
  • La elasticidad-ingreso de la demanda por alimentos es menor que la unidad en los países avanzados, de tal manera que el crecimiento del ingreso implica un crecimiento menos que proporcional en su demanda.
  • Los países avanzados han establecido una política proteccionista sobre bienes primarios (estableciendo aranceles, cuotas y subsidios al comercio internacional).

Consecuencias positivas

Este modelo económico es considerado característico del período posterior a la crisis del 30 y hasta la primera mitad de los años 1970 en Latinoamérica. Tuvo especial auge en el período del populismo latinoamericano (años 1940 y años 1950), y en el de los gobiernos desarrollistas (años 1960). En algunos países, en la década de 1960, se logra avanzar en la segunda etapa de producción de bienes duraderos, se genera una nueva industria con tecnología moderna e inversión extranjera directa (IED) aunque muy dependiente de los insumos importados y dirigida al mercado interno.[] Algunos de sus logros parciales fueron:[4][]
  • Aumento del empleo local.
  • Estado de bienestar y garantías de protección al trabajador.
  • Baja dependencia de los mercados extranjeros.
  • Mejora de los términos de intercambio.
  • Nacimiento de sectores industriales nacionales, en especial la pequeña y mediana empresa.
  • Excedente de mano de obra calificada.
  • Temprana madurez del sector servicios, que llegó a proporciones similares a la de los países desarrollados.
  • Un alto nivel de empleo entre los jefes de familia, el desempleo afecta principalmente a mujeres y jóvenes que poseen menor calificación.
Por ejemplo en Argentina, los indicadores del mercado de trabajo para el período 1945-75 muestran que había alcanzado cierto grado de madurez que la hacían comparable a los países más desarrollados: elevada tasa de urbanización y empleo formal, alta participación de los asalariados en la Población Económicamente Activa, amplia difusión de la escolarización en la Población Económicamente Activa, desarrollo del sector servicios, a lo que habría que agregar, buen nivel de remuneraciones y cobertura de seguridad social.[]

Consecuencias negativas

Si bien la mayoría de sus críticos reconocen que este modelo no sufrió problemas graves como los que se presentan en otras economías menos desarrolladas, las críticas a la estrategia Industrial de Sustitución de Importaciones tenían varios ejes[5][2][]
  • Elevados precios de bienes manufacturados e inflación.
  • Deuda externa.
  • Saldos comerciales negativos.
  • Ineficiente asignación de recursos.
  • Muchas exportaciones seguían siendo de bienes primarios que seguían sujetos al deterioro de los términos de intercambio.
  • Una tasa de empleo inferior a la de otros países con el mismo nivel de desarrollo.
  • Presiones inflacionarias asociadas a la lucha por la distribución del ingreso en una economía de productividad media baja.
  • Estrechez del mercado interno que impedía aprovechar las economías de escala para bajar costos.
  • Falta de protagonismo nacional para hacer de la innovación tecnológica un dinamizador del sector industrial (alta dependencia de la inversión de empresas extranjeras).
  • Subsidio a empresas propició formación de monopolios.
  • El sector industrial no se preocupó por conquistar mercados externos, destinaba su producción al consumo interno y de esta forma requería de la producción primaria para conseguir las divisas para comprar bienes de capital; reproduciendo la relación de dependencia que el mismo modelo pretendía evitar.

] Agotamiento del modelo

No mucho tiempo después del comienzo de la aplicación de este modelo económico en distintos países en desarrollo, empezaron a evidenciarse dos problemas fundamentales vinculados al mismo: la inflación y el desequilibrio externo.[2] Lo que producía un ciclo de crecimiento (avance) y retroceso (caída) en períodos más o menos regulares, siendo este modelo responsable de varios periodos hiperinflacionarios vividos en países como Brasil o Argentina por ejemplo. La razón es que al contrario de lo que se pensó, el modelo requería en su fase expansiva la importación de bienes de capital e intermedios, que teniendo en cuenta el desaliento al sector exportador, generaba un desequilibro persistente, que finalmente debía ser resuelto mediante periodos inflacionarios y eventualmente hiperinflacionarios, luego de los cuales el ciclo recomenzaba.[2]
La devaluación actuaba como un dañino mecanismo de distribución de recursos e impulsaba al consumo para evitar la desvalorización de la moneda, lo que producía una ilusión de riqueza siempre que la desocupación se mantuviera baja y el mercado laboral no exigiera una alta capacitación. Como corolario no se fomentaba el ahorro interno ni la inversión.[5]
Las industrias que nacieron con el modelo no fueron capaces de afrontar sus gastos en el mediano plazo, se transformaron en industrias que dependían de las divisas, pero no las generaban. El Estado se volvió el gran protector de la nueva industria a través de los subsidios, obteniendo divisas vía endeudamiento externo.[3] El mismo proceso degenerativo sufren varias filiales de empresas extranjeras e industrias estratégicas locales que habían sido nacionalizadas en algunos países latinoamericanos pensando en aplicar la sustitución de importaciones.
La sustitución de importaciones fue aplicada en la mayoría de las veces por regímenes caudillistas o nacionalistas tanto del populismo autoritario como por las juntas militares que buscaban superar lo que para ellos era un modelo negativo, el de ser exportador de primarios-importador de secundarios; y para algunos autores el fracaso de la sustitución de importaciones puede tener relación con la inestabilidad política que acompañó a la época. Al perjudicar a las nacientes industrias nacionales dificultándoles el acceso a bienes extranjeros vitales para la producción local, en cierta medida la ISI truncó el desarrollo de la región. Cuando las condiciones del mercado internacional cambiaron en los años 80, los países de América Latina vieron duplicada o triplicada su deuda. Las altas tasas de interés propiciaron la fuga de capitales de América Latina hacia las plazas financieras estadounidenses, que ofrecían mayores ganancias sin los riesgos y los plazos necesarios en el sistema productivo. En estas circunstancias el modelo de sustitución de importaciones fracasa definitivamente, la producción doméstica pierde competitividad, se produce déficit en balanza comercial, el producto interno bruto desciende y los niveles de pobreza aumentan.
Para cambiar este escenario de estancamiento provocado por la ISI varias naciones de la región llevaron adelante tibias políticas económicas de liberalización unidas a la expansión crediticia de los bancos centrales (imprimir más dinero) buscando sobretodo la solvencia del Estado. Se da una desnacionalización de algunas empresas nacionales que ya no gozan de la financiación del Estado; hay una fuerte restricción del crédito interno, caída de la demanda interna, y devaluación que se traduce en quiebra y en adquisición de las empresas por parte del capital extranjero en condiciones de absoluta ventaja.[]



















el surgimiento del estado benefactor y su repercusión social

El surgimiento del estado benefactor y su repercusión social
La centralidad de la existencia del Estado como factor de una sociedad partió desde que en nuestra historia hubo la necesidad de organizarse y conformarse en grupos autónomos para después llegar a establecer el termino o conceptualidad de Estado. De alguna manera la sociedad misma ha sido la que ha integrado su forma de mantenerse en equilibrio mediante aplicaciones de algunas de sus pensamientos lógicos. Tal es la aparición del ESTADO INTERVENTOR, el cual es considerado en la actualidad como un ESTADO DE BIENESTAR O BENEFACTOR.

SEMBLANZA DEL ESTADO BENEFACTOR

Su aparición se dio mediante la intervención del Estado en el sistema económico se ha dado prácticamente desde la aparición en cuanto organización social máxima de éste. Ya en la antigua Grecia, los Imperios Romano y Bizantino tenían un Estado interventor, lo mismo en la Edad Media, esto era para poder encaminar una POLÍTICA SOCIAL la cual tenia como objetivo el bienestar social, cumplir servicios sociales y el buen manejo de la administración social. Por esta razón su primer intervención fue en un principio simples motivos llevaron a los gobiernos a participar en la producción (fábricas de armas por ejemplo) e intentar controlar las actividades comerciales.” La gran fuente de surgimiento fue en Europa-ITALIA-principalmente, donde a fines del siglo XIX los lideres políticos tomaron medidas que imprimieron un giro histórico al papel que desempeñaba el Estado en la economía. Bismarck en Alemania, Gladstone y Disraeli en Gran Bretaña, seguidos de Franklin Roosevelt en Estados Unidos”1. Ellos introdujeron una nueva conceptualización del significado de Estado. Inclusive el denominado ya Estado del Bienestar nace con el advenimiento de la Industrialización, la Complejidad y la Modernización de la propia sociedad
No obstante desde la época mercantilista se caracterizó precisamente por el excesivo intervencionismo estatal, criticado posteriormente por los economistas clásicos. Su critica se basaba dentro de una formación la cual disponía de la no-intervención del Estado en la Economía, y fue así como propusieron un termino denominado
“el laissez faire que implica la nula intervención del Estado en los asuntos económicos, salvados los aspectos necesarios para las subsistencias de la sociedad, como era para asegurar la paz exterior e interior y la garantía de la propiedad “.2
A pesar de la propuesta de los clásicos, el Estado tuvo que intervenir en varios aspectos de la economía en el siglo XIX. Con una legitimidad corporativa del propio Estado, fue en hacer participes las DECISIONES al resto de los grupos sociopolíticos para que el Estado Nación dentro del crecimiento y el desarrollo y sobre la base de un proceso evolutivo moderno de centralización política, diera origen a discusiones las cuales llegaron a convertirse en debates políticos a finales del siglo XIX. Una de las más intensas fue la Comunista Internacional fundada en 1889 donde se dio por inicio la consolidación de los monopolios los cuales tenían características que estaban enfocadas al Capitalismo Financiero, y que su gran líder intelectual fue Karl Kautski, quien empezó a hablar de un “Ultra Imperialismo”. Motivo dado para la constitución de una razón lógica la: del Capital y la acumulación. Dando como resultado la reivindicación de la lucha sistemática de la clase obrera y a las luchas ciudadanas y políticas.
De acuerdo con esta lógica de razonamiento, él culmino del fin del Estado Nacional ha llegado sobre la base de que el propio fin de las ideologías de Foucault e inclusive del propio Marx, que las clases sociales desaparecieran y la “ideología Alemana” : El comunismo no tuviese una dominación dentro de las etapas de la historia. Así mediante el surgimiento del estado de Bienestar, la intervención estatal se amplió considerablemente al campo de los seguros sociales y a la intervención en el mercado de trabajo. El “Estado Interventor”, que regula la actividad económica y aun participa en la producción es, además Estado de Bienestar, por que asegurara condiciones básicas de la población para una mejor vida, así éste conformo “un compromiso” para idealizar una marco hegemónico para el bienestar y alcance en vez de tener conflictos sociales.
Así es como ha sido de tal índole la transformación de los principales sistemas económicos en las tres grandes épocas por donde el Estado ha pasado: LA EDAD MEDIA, EDAD MODERNA Y EDAD CONTEMPORÁNEA.
No obstante con la separación de los bloques de diferentes ideologías: Capitalismo y Socialismo, ambos excluyen al Estado por las siguientes razones: el primero no solo por tener un carácter Liberalista sino porque hace separación de economía y política, en tanto el segundo porque no permite la meta de la evolución hacia una organización económica sin la participación de lo político. Esto es que ambas ideologías solo piensas en un Individualismo el cual comprendería la iniciativa y bienestar individual.
Sin embargo la ideología del Intervencionismo era para designar a una economía dirigida, intervenida u organizada, en tanto el Corporativismo era la oposición en formula negativa al Intervencionismo, por lo tanto el corporativismo daba una acción constructiva al Estado.

LA INTERVENCIÓN DEL ESTADO

La transformación donde el Estado ha tenido una índole en los principales Sistemas Económicos, se ha desarrollo a partir de la guerra, que se hizo imposible definirlos y, sobre todo, reducirlos ha esquemas clásicos de Capitalismo o Colectivismo.
Una forma de ver esta intervención es: El Capitalismo, lo mismo que el Socialismo, excluyen al Estado, el primero no solo por razones de Liberalismo, sino porque propugna la separación de la Economía y la Política; el segundo porque vislumbra en la meta de la evolución una organización económica que se basta a si misma y hace innecesario todo Sistema Político3. No obstante el punto de contacto que el capitalismo y socialismo tenían era el punto de la INDIVIDUALIDAD de donde se inicia el mencionado bienestar individual, pero aun con una conceptualización de que el mismo intervencionismo era la ultima concepción que implicaba una nueva formula al tratar de dar definición al corporativismo. Así con esto hecho la época contemporánea el neo-mercantilismo se ha convertido en uno de los instrumentos preponderantes de la reconstitución económica de la Posguerra. Por esta razón el Estado toma un sentido muy concreto al ser considerado como factor fundamental dentro de los movimientos cíclicos el cual era solo para salvar empresas que se hallaban en mala situación. Este ha tenido un carácter de liberalismo económico el cual ha dado una coyuntura en dónde se ha expuesto a evocar la influencia del MONOPOLIO, el cual ha contribuido a que se llegue a consolidar un nuevo tipo de estado denominado: Estado Empresario esta tiene dos fines 1)los capitalistas ajenos tienen un interés en lo público, para obtener mayor ganancia, 2) trata de obtener una ganancia a costa de un grupo humano.
Este tipo de estado ha tenido un concepto económico, político más complejo que el estado de bienestar, esto se puede observar dentro de un objetivo que; es construir un sector publico fuerte a través de las nacionalizaciones, para influir en las decisiones de inversión y la asignación de los recursos4. Con esto se trato de fundamentar un modelo Desarrollado el cual planificara la economía y las inversiones en ella. Sus objetivos principales de esta modelo son:
1. Una intervención directa en la producción y de la ampliación de la propiedad estatal como una política que permitiera cumplir varios objetivos.
2. Tener una política progresista que eventualmente cayera dentro del socialismo de la producción solo cuando hubiesen nacionalizado los sectores clave de la economía.
La implantación de este modelo no fue automático, ya que se tuvieron que superar obstáculos los cuales construyeron una coalición social la cual era su función de tomar decisiones de nacionalizar, un punto estratégico de este modelo es que se enfoco dentro de la estrategia del sector publico y a nacionalizar la economía. Esto es visto dentro de un punto de inflexión del modelo nacionalizados localizado en la revisión programática que realizo el Partido Socialdemócrata Aleman5. En tanto ya hablando de un Estado Benefactor propiamente dicho es referido ha:
Es la forma de gobierno en la que el Estado, mediante el uso de la Legislación, asume la responsabilidad de proteger y promover el Bienestar básico de todos sus miembros. Uno de sus elementos esenciales es una legislación que garantice el mantenimiento de la Renta, y otros tipos de ayuda a las personas y familias en casos de accidentes y enfermedades laborales problemas de salud, vejez y desempleo. Por lo general, se cree que la primera persona que utilizo el termino en ingles fue William Temple, quien era arzobispo de New York, en un libro publicado en el año de 1941 donde proponía sistemas democráticos de su tiempo orientados hacia el Bienestar, a los Estados Totalitarios.
Así es como el desarrollo del Estado de Bienestar se ha interpretado de diferentes formas. A excepción de algunos factores políticos especiales, por esta razón el Estado de Bienestar puede ser entendido como una respuesta a la exigencia de igualdad y seguridad socioeconómicas, aun así la evolución del Estado de Bienestar ha sido considerado como el resultado del consenso político creciente entre los principales partidos políticos. Por esta razón basado en una ideología y conteniendo su propio objetivo la concreción histórica ha difundido que el Estado de Bienestar a tenido en la base de su ideología un PROYECTO SOCIAL y UNA IDEOLOGÍA DE LIBERTAD, para que una sociedad pueda llegar a ser libre y desarrollada. En circunstancia social el Estado benefactor fue ideado para realizar un cambio hacia la MODERNIDAD y de PROGRESO NACIONAL e INDEPENDIENTE. Todo este cambio idealizado se llevo a cabo y se generaliza en Europa para la convicción de que es el Estado el sujeto económico que debe impulsar el crecimiento económico. Una de las cosas que puede poseer el Estado es que tendría una semejanza con la MATERIA ya que el mismo Estado no desaparece solo se transforma y opta otras formas de maleabilidad.

CARACTERÍSTICAS DEL ESTADO BENEFACTOR

- Da como inicio a un crecimiento económico sin precedentes, asegurando el nivel de vida, el empleo, los servicios sociales básicos por medio del incentivo al mercado y la producción, fomentando la paz, la estabilidad social y siendo un ferviente defensor del consenso entre las distintas fuerzas sociales.
- Se consideran los mismos derechos a los ciudadanos.
- Se ponen en marcha mecanismos correctores que tratan de solucionar esta situación
- Son acciones que pretenden hacer realidad el bienestar social poniendo en marcha una acción transformadora, de modo sistemático y técnico.
- Activa la participación fundamental de los ciudadanos.
Sin embargo las preocupaciones del Estado por el Bienestar social se centran en:
- Actuaciones generales:
· Tendentes a conseguir un impacto global, que mejore la situación colectiva.
- Actuaciones Especificas Dirigidas:
· Resolver determinados problemas concretos(pobreza, paro...), organizar la satisfacción de determinadas necesidades(educación, vivienda, sanidad, información...), atender a los colectivos de población en razón de su edad, sexo, etnia, situación laboral, minusvalía, incidir en determinados ámbitos territoriales(barrios, pueblos y comunidades)
- El intervencionismo asumió tres modalidades o modelos: el Estado del Bienestar, el Estado Empresario y el Estado Desarrollista.
- Tuvieron objetivos que establecieron disyuntivas por ejemplo económica y social entre destinar el gasto publico al bienestar o bien a la producción publica.
- El estado de bienestar coloco el acento en una política de gasto orientada principalmente a estimular la demanda y lograr el bienestar a través del incremento del gasto social.
- La economía Keynesiana, es su fuente de inspiración.
· Se desarrollan las instituciones necesarias para cumplir fines estatales
· Intenta encontrar la relación entre los diversos sectores de la economía entre sí,
· Se ocupa del sector macroeconómico y amplia el campo de estudio de la teoría económica,
· Mayor participación del Estado dentro del sector económico, es decir, deja de ser el Estado, el que vigila únicamente en buen funcionamiento de la sociedad, en otras palabras un Estado policía,
· El Estado es un factor importante como generador de empleo a partir del desarrollo de obras publicas y como generador de la demanda, primero por los insumos que reclama para la realización de estas obras y segundo porque la ganancia por la mano de obra,
· La política de inversión publica, su objetivo primordial es generar el empleo y la demanda recaerá sobre el sector productor de alimentos y será necesario echar la maquinaria para producir haciéndose ineludible la mano de obra,
· El Estado es rector y dinamizador de la economía.